Adrián y Fer en el hogar de 'su sueño'

:: En la tarde de ayer llegaron a la ciudad y visitaron el Hogar El Refugio para conocer a sus 62 moradores y sus necesidades

Posadas. El posadeño Adrián Díaz y Fernanda Vives, su pareja de Bailando por un Sueño, llegaron ayer por la tarde a Posadas para visitar el Hogar El Refugio, al que el misionero quiere ayudar a refaccionar las instalaciones participando en el certamen televisivo.
La dupla se presentará esta tarde en la plaza San Martín, para “bailar en vivo ante todos aquellos que nos siguen y para que continúen apoyando este sueño”.
Luego de una cálida bienvenida en el hogar ubicado sobre avenida Bouchardo casi López Torres, la pareja escoltada por los 62 niños comenzó a recorrer sus instalaciones. “Tenía muchas ganas de conocer a los niñitos por los que bailamos en cada gala”, dijo a El Territorio Fernanda Vives. “Es una inyección de adrenalina que nos hace mucha falta a esta altura del certamen porque venimos medio cansados”, agregó. La joven, que había venido a Posadas en repetidas ocasiones durante su infancia a visitar sus familiares en la ciudad, manifestó los deseos de conocer también a los padres de Adrián. No debió aguardar mucho tiempo, ya que los progenitores junto a la abuela del bailarín se acercaron al hogar.

Carencias a la vista
Durante más de una hora recorrieron las instalaciones de la casa junto a la presidenta de la asociación civil, Isabel Herrera, quien describió los usos de cada ambiente de la casa y además hizo hincapié en las carencias. Una mirada superficial ya daba cuenta de paredes con filtraciones, techos en mal estado y con riesgo de caídas, hacinamiento y falencias puntuales como la falta de instalaciones eléctricas para acceder al agua caliente. Entre tantas carencias, en lo alto de un salón semicerrado que según el momento del día se trasforma en comedor, sala de estudio o sala de estar, un viejo televisor en blanco y negro corona la sala. “Ahí es donde los vemos cada noche, Adrián”, dijo Herrera. “Y nosotros aplaudimos y le peleamos al jurado cuando les dan los puntajes cada noche que bailan”, agregó una joven. “No se tienen que olvidar de mandarnos los saludos cuando hablan con Marcelo -Tinelli”, dijo Herrera.
A través de esa pantalla los niños también habían visto días atrás a su soñador Adrián manifestar que una de las necesidades más urgantes es la falta de ropa de abrigo y frazadas para afrontar las bajas temperaturas. “Y me alegré mucho al saber que hubieron respuestas de los vecinos que ya al día siguiente trajeron sus donaciones”, expresó el bailarín y agregó “pero también quiero transmitir a la gente que no es solo este hogar el que pasa necesidades, en cada barrio, en cada ciudad hay lugares que necesitan de la colaboración de la gente para contener dignamente a los niños, y todos pueden ayudar ,aunque sea con lo mínimo”.
Durante la visita también se acercaron a saludar al bailarín la profesora Laura de Aira, directora del Ballet de la Provincia, y Yésica, la novia del joven junto a su familia.
Luego de la recorrida, realizaron una pequeña improvisación junto a unos niños que, luego de editada, la dupla mostrará por Canal 13 antes de su próxima actuación en ese estudio en las coreografías cuarteto, y más adelante, el reiterado baile del caño.

Con la ayuda de todos
A ocho años de su creación, hasta el momento el hogar se mantiene únicamente con la solidaridad de los vecinos que donan desde zapatillas, ropa, pañales hasta jabón, harina y mucho más.
“No tenemos ningún tipo de subsidio pero recibimos mucha ayuda del ciudadano común y los alimentos de Bienestar Social”, explicó Herrera.
“Se maneja a pulmón y al límite de que nosotras necesitamos atención psicológica para seguir el día a día”, contó Isabel, haciendo referencia a las cinco amas de casa que dedican sus días a la contención de estos niños que llegan por disposición judicial.
“Además hubieron meses en que teníamos poca comida y eso no puede pasar, porque acá damos de comer a niños cuyas madres ya no tienen los comedores comunitarios ni con tickets canasta”, agregó Herrera
Los chicos pueden estar en el Hogar dos años como mínimo, hasta que sean declarados en adopción o bien vayan a vivir con algún familiar directo.
Justamente, porque el tiempo que permanecen en el hogar no tiene plazos específicos, es indispensable que tengan una vivienda digna, tal es el sueño del posadeño Adrián.